LUZ DE MARÍA
La vida de Luz de María ha sido guiada por Dios desde su nacimiento en un pequeño país de Centroamérica: Costa Rica. Actualmente pasa largos períodos en Argentina.
Ella procede de una familia de profundas raíces cristianas, en donde junto a sus hermanos, fue creciendo rodeada de un ambiente de espiritualidad, siendo la Eucaristía el centro de su vida. Su juventud transcurrió junto a la presencia de su amado Ángeles Custodios quienes fueron sus compañeros y confidentes. Desde entonces le participaban de Manifestaciones Celestiales, presagiando así lo que se concretaría poco a poco años más tarde.
Junto al desenvolvimiento de su vida profesional, forma un hogar, los que la acompañan desde que comienzan a darse las Manifestaciones Divinas: tales como exudaciones de imágenes religiosas, aromas inexplicables, entre otros, haciendo de esta forma que su familia y allegados fueran testigos de la experiencia espiritual de Luz de María.
Durante la Semana Santa del año 1991 se da el encuentro con la Madre Santísima, quien le anuncia la recuperación física de una enfermedad que padecía y la acoge de manera especial para prepararla al encuentro con Su Divino Hijo, comenzando así un largo camino durante el cual le van esclareciendo de forma sutil la misión que el Cielo tenía designada para ella.
Comienza así una nueva etapa en su experiencia mística, la cual la llevará a experimentar profundos éxtasis no sólo en presencia de su familia, sino de personas cercanas que luego se reunirían para orar, conformando de esta forma un Cenáculo, que la acompaña hasta la fecha.
Al transcurrir los años, Jesús y la Madre Santísima la van formando para que ella sea instrumento útil en manos del Alfarero Divino y se abandone en la Voluntad del Señor, cargando junto a Cristo el dolor de la Cruz que penetra físicamente en su cuerpo y en su alma. (*)
Después de una larga espera durante la cual Cristo y la Madre Santísima la prepararon paulatinamente solicitándole discreción en ese periodo, el Cielo le ordena transmitir a toda la humanidad la Divina Palabra que ha recibido y que continúa recibiendo. Desde ese momento Cristo va abriéndole camino y dirigiendo sus pasos por donde la Voluntad Divina desea que llegue el Llamado del Cielo.
Luego de que le dieran la Orden Divina de darse a conocer, y bajo la inspiración del Espíritu Santo comenzó a visitar diversos países, especialmente de América Latina dando entrevistas radiales y conferencias abiertas al público. De ahí han surgido hermanos deseosos de poner en práctica las enseñanzas de la Palabra Divina, formándose Cenáculos de oración y praxis del Evangelio, manteniéndose en una constante lucha por alcanzar una vida plena en el cumplimiento de la Voluntad de Dios y el amor al prójimo.
Luz de María va percibiendo que con el transcurrir del tiempo la Palabra de Cristo y de la Madre Santísima que ella recibe alcanzan un tenor diferente en cuanto a la magnitud e intensidad, esto debido a la proximidad de los acontecimientos a los que la humanidad se enfrentará. Sin embargo en cada Llamado Divino prevalece el Amor, la Misericordia y a la vez la Justicia Divina, anunciando y denunciando la cercanía de la Purificación, fruto de la desobediencia del hombre y del mal manejo que éste ha dado a los adelantos en todos los campos, transformándose así el hombre en el flagelo de sí mismo.
Cristo le anticipa persecución, injusticia, difamación y calumnias a las que se verá enfrentada por aquellos que no acepten estos Llamados Divinos y que no se cansarán de perseguirla para tratar de terminar con esta Obra, pero ella acepta, a sabiendas de que como instrumento de Cristo debe seguir el mismo camino que Cristo transitó en la Tierra.
La Madre Santísima es su consejera y de la Mano de la Madre, hasta el día de hoy, continúa siendo fiel discípula de Cristo, viviendo diversas experiencias místicas en las que Cristo le comparte su padecer en la Cruz.
Junto a ella se han mantenido Sacerdotes de varios países que la acompañan, mas como le dice Cristo mismo: “tu director espiritual soy Yo”, ya que es Cristo quien guía cada uno de sus pasos y todo lo que ella hace. El Padre José María Fernández Rojas, († 30.09.2020) quien desde el comienzo de las manifestaciones se ha mantenido Junto a ella como su confesor, ha acompañado también a su grupo de oración dentro del cual tres religiosas, han sido parte inseparable desde que se conformara el cenáculo, hace ya más de 30 años, siendo una de ellas licenciada en teología se ha podido mantener la mas estricta observancia y análisis de la palabra revelada.
La Misión de Luz de María, en total obediencia a Cristo, es ser instrumento de la Verdad Divina en este instante, anunciando y denunciando lo que Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Madre Santísima le indiquen para que los hijos de Dios sigan luchando por su propia conversión y la de todos sus hermanos, reconociendo y combatiendo con fuerza el mal que les rodea, y decididos continúen el camino de la Salvación en todos los aspectos de la vida.
Es así como la Palabra Divina que recibe Luz de María invita a la humanidad como hijos de un mismo Padre a alcanzar la unidad de todos como hermanos, siendo cumplidores del primer mandamiento y eco del llamado de Cristo que convoca a Su Pueblo a ser uno solo.
(*) Referencia: Previo al momento en que Cristo le comparte Su Pasión Luz de María comienza a percibir un estado particular el cual le hace reconocer anticipadamente la manifestación de este prodigio, llevándola posteriormente a caer en un profundo éxtasis, reflejando una escena dramática para los testigos debido al gran sufrimiento no solo físico sino espiritual; comenzando a hacerse visibles las heridas en manos, pies, costado del pecho y en la cabeza, en algunas ocasiones se manifiestan lágrimas de sangre la cual emana un intenso perfume que llega a inundar toda la habitación. Finalizado el éxtasis el cual puede durar desde una a varias horas, las heridas se cierran regenerando su carne y su piel, quedando visible solo la sangre emanada de dichas heridas.
19 DE MARZO DEL 2024
33 AÑOS DE CAMINO ESPIRITUAL
Semana Santa del año 1991, primera vez que se manifestó con sangre la imagen de la Reina de la Paz en el hogar de Luz de María, las mismas continúan hasta el presente.
Han transcurrido 33 años desde que nuestra Madre Santísima, bajo la advocación de la Reina de la Paz, se manifestó por primera vez en mi casa, en un retablo que emanó Lágrimas con una consistencia aceitosa y con un aroma celestial.
De las Lágrimas, nuestra Madre Santísima luego de un tiempo, pasó a emanar Sangre con un aroma más fuerte que lo llevaba a uno a sentir que era Nuestro Señor Jesucristo a través de Su Madre que nos visitaba.
¡33 años que parecen un instante!, durante los cuales cantidad de personas visitaron la imagen dándose muchos milagros como signos de Su Presencia y generosidad.
¡Qué tiempos, qué regalos los que disfrutamos como niños de las Manos de nuestra Madre!
¡Cómo olvidar cada instante vivido con la generosidad del Cielo que ama y perdona, perdona y ama! Tiempo durante el cual inició la bendición de que poco a poco nuestra Madre Santísima y nuestro amadísimo Señor Jesucristo me hablaran como ocurre ahora.
Los primeros dictados del Cielo son y serán siempre parte de mi presente en el que cada Acto Divino es para mí el primero y el que agradezco con mi alma, de rodillas al Trono Trinitario.
Así con un breve comentario, esto ha continuado sucediendo, no con la frecuencia de antes, pero nuestra Madre nos da siempre en algún momento un "MILAGRO DE AMOR DEL CIELO", no para mí, sino para compartir.
Durante algún tiempo los Mensajes estuvieron en silencio por orden Divina, hasta que nuestra Madre me ordenó que los diéramos a conocer.
Así inició la historia de este Amor, que en medio de tropiezos y bendiciones hemos pasado para la gloria de Dios.
En este Aniversario, agradezco a tantos hermanos que han permanecido al lado de Cristo y de nuestra Madre y se han decidido a colaborar para que estas Revelaciones Divinas salgan al mundo, sin que sus nombres sean conocidos, pero que sí brillan en los Sagrados Corazones como estrellas de luz y de paz.
Agradezco al Cielo que me ha sostenido, a todos y todas por la gran bendición de la oración y de ser esas estrellas que se mantienen aferradas al Manto Santo de nuestra Madre que nos bendice con las alegrías que nos llevan a vivir del Cielo por adelantado.
Agradezco a mi familia que siempre me ha apoyado haciendo este Camino más llevadero, así como a mi familia espiritual, sin la cual no sería posible llevar estos Llamados al mundo y decir : GRACIAS PADRE POR MÍ Y POR TODOS.
Bendícenos Padre, para que todos logremos continuar siendo almas amantes de Tu Trinidad Sacrosanta y portadores de la Buena Nueva en la que el Triunfo del Corazón Inmaculado de nuestra Madre Santísima será entregarle a la Trinidad Sacrosanta la tierra que nos legó en el estado debido para que el Alfa y la Omega sea adorada por siempre y en todo lugar.
Luz de María
NOTA ACLARATORIA
LOS CÁNONES DE LA IGLESIA SOBRE LAS REVELACIONES PRIVADAS
(PERMISO ECLESIÁSTICO NO ES NECESARIO PARA LA PUBLICACIÓN DE REVELACIONES, VISIONES O MILAGROS)
El decreto de la “Congregación Sagrada para la Doctrina de la Fe” fue publicado en los “Actos Oficiales de la Santa Sede” (A.A.S.) 58 / 16, fechada Diciembre 29, 1966. Artículos 1399 y 2318 de la Ley Canónica están abrogados por este decreto. Este decreto de abrogación fue aprobado en Octubre 14 de 1966 por Su Santidad el Pontífice Soberano Pablo VI, quien ordenó a la misma vez la publicación.
Esta aprobación por el Santo Padre tomó lugar durante una audiencia con Su Eminencia Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto para la “Congregación Sagrada para La Doctrina de la Fe.” El decreto fue hecho en Roma, Noviembre 15, 1966, y tiene la firma de:
A. Cardinal Ottaviani, Pro-Prefecto
B. Pietro Párente, Secretario
(*) El decreto tomó efecto tres meses después de su publicación, en Marzo 29, 1967.
CANON 1399
El Canon 1399 prohibía por derecho la publicación de ciertos libros como aquellos que se trataban de revelaciones, visiones profecías y milagros. EL CANON HA SIDO REVOCADO EN MARZO 29, 1967.
Por lo tanto, esto quiere decir que en lo que concierne sobre estas publicaciones, la prohibición ha sido levantada de su obligación a la ley eclesiástica. Por lo tanto, esto quiere decir que Católicos tienen el permiso sin el imprimátur o Nihil-Obstat, o de otro permiso, a hacer publicaciones sobre revelaciones, visiones, profecías y milagros. Claro, estas publicaciones no pueden poner en peligro la Fe o Moral. Esta es la regla general en que cada Católico tiene que seguir en todas sus acciones, hasta lo reportado, especialmente los reporteros. CON MÁS RAZÓN ES PERMITIDO QUE CATÓLICOS PUEDAN FRECUENTAR SITIOS DE APARICIONES, HASTA ESOS NO RECONOCIDOS POR LOS ORDINARIOS DE LA DIÓCESIS O POR EL SANTO PADRE, DADO QUE LOS VISITANTES CATÓLICOS QUE VISITAN O FRECUENTAN ESTOS SITIOS TIENEN QUE RESPETAR LA FE Y LA MORAL.
Sin embargo, no están sujetos a ninguna disciplina eclesiástica, ni por sus oraciones publicas. Permiso es requerido solamente para la celebración de la Santa Misa o cualquier otro servicio religioso.
CANON 2318
El Canon 2318 llevaba castigos en contra de aquellos que violaban las leyes de censura y prohibición. ESTE CANON FUE REVOCADO DESDE EL 1966. NO SE PUEDE INCURRIR CENSURA ECLESIÁSTICA POR FRECUENTAR LUGARES DE APARICIONES NI LOS QUE NO ESTÁN RECONOCIDO POR LOS ORDINARIOS DE DIÓCESIS O POR EL SANTO PADRE. También, “aquellos que hayan incurrido censura tratada en Canon 2318 serán absueltos por los hechos de abrogación de este Canon” — Cardinal Ottaviani.
IMPRIMATUR DADOS A LUZ DE MARÍA SOBRE LAS PUBLICACIONES DE MENSAJES, ORACIONES Y ADVOCACIÓN DE LA "REINA Y MADRE DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS"